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Lleva 28 años trabajando en la U. de Chile, es parte de la primera generación de la Carrera de Química, y sus investigaciones la han llevado a convertirse en un referente, tanto en nuestro país como el extranjero. Pese a un curriculum cargado de pergaminos, la académica de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas se sorprendió al recibir la llamada del Rector Vivaldi informándole la adjudicación de este reconocimiento. “La mujer tiene la misma capacidad intelectual que el hombre y hay que darle la oportunidad para que se desarrolle”, comenta a días de recibir formalmente el galardón.

 

Pasó las vacaciones leyendo en profundidad sobre Amanda Labarca. Considerando que será la académica número 38 de la Universidad de Chile que recibirá la condecoración que lleva su nombre -y la primera de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas-, la profesora Spodine concluyó que sabía menos de esta figura de lo que debería.  

“Realmente encuentro que es una mujer destacable porque en la época en que ella vivió y con todas las restricciones que tenían las mujeres, fue impresionante su carrera académica y toda su actividad feminista”, dice la profesora del Departamento de Química Inorgánica y Analítica, antes de ponerse a hablar sobre el reconocimiento que este viernes 9 de marzo recibirá de manos del Rector Vivaldi, y el cual es entregado por nuestro plantel desde 1976 a mujeres universitarias que se hayan destacado de forma excepcional en el campo de su profesión, en el dominio de la cultura o en el servicio del país.

¿Cómo recibe este premio Amanda Labarca?

Yo sabía que me habían postulado a este reconocimiento porque el decano me lo comunicó en el minuto en que me pidió el curriculum para la postulación. No me hice muchas expectativas porque sé que siempre hay varias personas que postulan, y me imaginé que podía haber muy buenos currículos además del mío así que, bueno, existía la chance pero no era seguro. Cuando el Rector me comunicó que había sido galardonada, me sorprendí, me dio mucha emoción y se lo agradecí.

Usted tiene casi 30 años en la Universidad de Chile, ¿cómo evalúa este paso al interior de nuestra Casa de Estudios?

Mi carrera académica ha sido muy placentera porque yo tomé la decisión de dedicarme a la enseñanza y a la investigación, y durante toda la vida he hecho lo que he querido. Entonces para mí ha sido muy reconfortante y me da mucho gusto haber sido académica de la Universidad de Chile.

¿Qué significa para usted la Casa de Bello después de todos estos años?

Es mi alma mater, me ha dado todas las oportunidades para desarrollarme intelectualmente así que estoy eternamente agradecida de la Universidad por todo lo que me ha dado.

En la Universidad ha hecho docencia, investigación, ha asumido roles administrativos y de coordinación académica, ¿qué es lo que más satisfacción le ha dado en su carrera?

Todas mis actividades las considero relevantes, tanto la parte de formación de recursos humanos, que está relacionado con la docencia, como la investigación, porque yo fui pionera en varias líneas de investigación. Aunque eso fue un poco complicado desarrollarlo, a la larga los frutos uno los ve y eso es reconfortante. La docencia y la investigación han sido el norte de mi vida académica: Hacer buena investigación para desarrollar ciertas áreas en Chile porque creo que la sociedad del conocimiento es fundamental y la docencia es todo lo que significa formar a los nuevos profesionales.

En ese sentido, ¿cómo se ha relacionado con las generaciones de alumnos?, ¿ha cambiado mucho la manera de enseñar en la universidad?

La manera de enseñar ha cambiado, indudablemente. Ahora tenemos distintos sistemas de apoyo para la docencia, pero igual creo que hay ciertas cosas que las tiene que entregar el docente. No basta con tener muchos avances tecnológicos. Hay ciertos aspectos que uno tiene que hacerlos en forma personal y tener una relación cercana al estudiante.

¿Existe algún hito en su carrera que quisiera relevar en estos momentos?

Un hito que para mí fue muy relevante está relacionado con unos proyectos MECESUP que dirigí, que correspondían a la formación de la red de los doctorados en química en Chile. Eso significó aunar y hacer que cinco universidades que tenían doctorados acreditados colaboraran entre sí y crearan un solo doctorado en cuanto a nivel. Eso para mí fue un gran reto porque era la directora del proyecto y vi frutos que hoy en día hacen que los doctorados estén a un muy buen nivel internacional. Además, mirado desde el punto de vista de los estudios de doctorado, esta red sí fue un hito porque después se crearon otras. A mí me parece que siempre que hay colaboración y que la gente está dispuesta a aunar esfuerzos, se logra más que cuando uno está encerrado en su propio mundo.

Usted pertenece  a la primera generación de la carrera de Química de la nuestro plantel. A propósito de este premio, ¿cómo ha sido ser mujer en la U. de Chile? ¿Ha podido ver efectivamente el cambio desde que inició su carrera hasta hoy?

Las nuevas generaciones de mujeres tienen muchas más oportunidades que cuando yo partí, época en que había muchas menos estudiando carreras científicas. Creo que se han dado las condiciones para que ahora las estudiantes puedan desarrollarse con más facilidad. Además, toda la sociedad está impregnada en esta cuestión de género y ven el hecho de que la mujer estudie con otra mirada a la que había cuando empecé a estudiar yo.

¿Y a usted le costó lidear con esta brecha de género durante su trayectoria?

Con mis compañeros no fue de mucho problema, teníamos una muy buena relación. Pero sí tuve momentos un poco complicados en cuanto a mi deseo de progresar académicamente.

Qué opina respecto a que se hagan acciones para favorecer el ingreso de mujeres al mundo académico, particularmente en las áreas científicas más masculinizadas.

Me parece perfecto. La mujer tiene la misma capacidad intelectual que el hombre y hay que darle la oportunidad para que se desarrolle. Lo que pasa es que la sociedad antes estaba estructurada de una forma diferente. Se esperaba que la mujer se quedara en la casa, cuidando los niños, y esas cosas obviamente han cambiado. Lo veo en mis hijos, no puedo comparar la generación de hombres jóvenes de antes con la de ahora. Hoy existe una manera distinta de ver a la mujer.

Usted sigue teniendo una activa vida académica, ¿cuáles son sus perspectivas en adelante?

Mi desafío es seguir formando buenos profesionales, buenos académicos, de hecho en este minuto tengo dos estudiantes de doctorado nuevos y eso significa guiarlos por lo menos dos años más, así que yo digo, mientras tenga salud, voy a seguir trabajando, porque a mí me apasiona lo que hago.

Fuente: www.uchile.cl