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Con casi 9 mil seguidores en Twitter, 100 mil visitas en su blog y varias columnas publicadas, el científico Gabriel León (41) se ha dedicado a desmentir toda clase de creencias populares a punta de estudios y papers académicos. Pero también ha dirigido sus dardos contra las terapias milagrosas de aguas alcalinas, dietas extremas y astrólogos televisivos, a los que acusa de vender humo y engañar a la gente. Director del Centro para la Comunicación de las Ciencias, de la U. Andrés Bello y doctor en biología molecular, aquí habla de la necesidad de creer que da terreno a los chantas y políticos aprovechadores, además de las teorías conspirativas que podrían derrumbar al mundo. Esta es su cruzada en nombre de la ciencia popular.

-¿Cuándo empezaste a desmitificar creencias y fraudes científicos en tus redes sociales?
Partí el 2010 con un blog, El efecto Rayleigh. He publicado un montón de papers en revistas científicas que leyeron con suerte 200 personas, ahora tengo 100.000 visitas al año. Me gusta escribir de ciencia. No explicarla, sino contar cómo funciona a través de casos del científico como ser humano, al que lo pateó la polola y estaba triste, se drogó en su laboratorio y descubrió algo asombroso. Eso es choro.

-La vida de un científico es bien atareada, ¿cómo logras publicar y responder a la gente con tanta rapidez?
Hace un par de años tuve la molesta sensación de que no quería la vida de científico porque es muy sacrificada, mis colegas trabajan 60 horas semanales luchando por fondos de investigación y estresados por publicar papers. Me gusta la comunicación científica, desde este lugar y como tuitero puedo mostrarle a la gente por qué es importante que Chile haga ciencia, aproximarnos a los que hacen políticas sociales y legislan. La ciencia debe ser útil al país.

-También escribes de mitos cotidianos que damos por ciertos. La gente compartió mucho tu publicación en Twitter cuando dijiste que era mentira que las plantas se roban el oxígeno de una casa en la noche.
Es verdad que las plantas emiten CO2 de noche, pero la cantidad es muy ínfima como para provocar algún daño. Cuando uno le explica a la gente que muchas de las cosas que les dijeron no son verdad piensas en por qué te engañaron. Pero ojo, tú decidiste creerlo también, jamás te preguntaste cómo una planta podía ser peligrosa. Tú fallaste a la hora de cuestionar lo que te estaban diciendo.

AGUA CONTRA EL CÁNCER Y GRASA QUE ADELGAZA

-Has criticado públicamente a los astrólogos y vendedores de productos de terapia alternativa. ¿Por qué crees que tienen tanto éxito personajes como Pedro Engel o Pedro Grez, el creador del famoso método Grez?
Usan mucha terminología científica sin ningún fundamento con la idea de venderte algo. La gente espera que le digan: “Mira, para bajar de peso tienes que comer esto y dejar de comer lo otro”. El mundo científico rara vez va a dar una respuesta categórica. Y eso genera una búsqueda: si la ciencia no me ayuda con esto tendré que buscar la respuesta en otras partes. Ahí aparece un terreno fértil para un grupo de personas que te va a ofrecer soluciones rápidas a problemas cotidianos. Esto además tiene un marco, los casos de colusión y el daño a la fe pública. La gente ahora dice: “Viste que nos estaban cagando”, y lo aplican a todo. Como cuando aparece en Facebook la foto de un fruto con la frase de que es 10 mil veces más potente que la quimioterapia y que las farmacéuticas no quieren que te enteres porque si no les cagas el negocio. Le encuentran mucha lógica y terminan creyendo que la cura del cáncer está en comerse una fruta.

-En cierta forma, todos queremos creer.
Por supuesto. Si te ofrecen una solución difícil y compleja, frente a otra fácil y sencilla, tomas esa última aunque esté equivocada. ¿Por qué le va tan bien a los astrólogos en los matinales y venden tantos libros? ¿De dónde viene esta urgencia por gastar plata para que alguien te diga el futuro? Tiene que ver con la ferviente necesidad de saber lo que te va a pasar, el ser humano se incomoda frente a la incertidumbre. En tiempos de crisis económica aumentan las consultas a los astrólogos. Hay una necesidad de creer. Y te engañan, porque los horóscopos y las cartas astrales son puras obviedades. Es lo que hacía Nostradamus, con frases tan vagas que aún después de 400 años tiene a la gente dándose cabezazos contra la pared. Nostradamus es un chanta histórico.

-¿Entonces nosotros damos lugar al engaño?
Sí, pero no es justo pasarle toda la culpa al público. Hay un problema grave de educación y comunicación científica. Una vez que la gente entienda que toda información requiere de evidencia que la sustente, este tipo de cosas se van a acabar. Aquí en la oficina hay un filtro de agua que dice que mata el cáncer y otras 30 propiedades. Por Twitter pedí al fabricante que me diera la evidencia sobre eso y me bloqueó, esa fue su respuesta. Hagamos que la gente cuestione, que pidan explicaciones. Y si les salen con “es que el poder místico…”, entonces chao. Cualquier información que no se pueda someter a un experimento para demostrarla, no tiene valor.

-¿Crees en la dieta de grasas del método Grez?
No tiene que ver con lo que yo crea, el tipo habla puras leseras y punto. Te dice que bajarás de peso comiendo pizza todo el día y la gente piensa “la raja, es una solución fácil”, pero es mentira. Hablar de nutrición es complicado, los estudios de actividad física, sexual y alimentación son súper complejos de hacer porque la gente recuerda muy mal cuanto tiró, cuánto comió y cuánto ejercicio hizo, o sencillamente mienten.

-También demostraste con estudios el engaño de las dietas alcalinas y mencionaste una marca de agua que asegura mata las células cancerígenas del cuerpo.
Esa es una volada que se basa en una observación que tiene 100 años, donde se veía que los tumores proliferaban en ambientes ácidos. Esa información que quedó ha provocado que un montón de gente diga: “si le doy un ambiente alcalino al tumor, lo mato”. Sin considerar absolutamente nada de cómo funciona el cuerpo humano, ¡es absurdo! Si tú intentas cambiar el PH de la sangre tomando agua alcalina no va a pasar nada, a lo más va a cambiar el PH de la orina y eso ni siquiera queda en tu cuerpo. Es como esa vez que dijeron que comer carne daba cáncer, son errores comunicacionales que dan lugar a estos mitos.

-Hay mucho charlatán que usando términos científicos logra convencer y ganar credibilidad.
El lenguaje valida, por eso proliferan los cursos esotéricos en los que usan palabras como “cuántico”, “epigenética”, que son términos científicos que han sido secuestrados por un montón de charlatanes que los usan para vender sus productos. Todas estas personas ganan plata vendiendo su agüita, su dieta, su horóscopo. Hay una intención más o menos consciente de defraudar. En España, un biólogo hizo un experimento social e inventó una terapia: el fecomagnetismo, que mezclaba el biomagnetismo con excremento humano. Y el hueón la vendió, lo invitaban a conferencias y después escribió un libro titulado “El fino arte de vender mierda”. Eso te demuestra lo loco del asunto.

-Los matinales dan harto espacio para, supuestamente, explicar estos temas de manera fácil.
No son espacios serios de divulgación. El único es José Maza en TVN, que es un lujo como habla de astronomía. En los matinales hay un potencial buen espacio, pero el problema es que tienes primero a Maza y después viene un tipo a venderte batidos detox. Entonces la gente cree que son lo mismo y que hay ciencia en las dos cosas. Y como el batido es de brócoli piensan que hace bien, pero tampoco es mágico.

strong>-Hay rostros como Pedro Engel, que tiene buen arrastre y credibilidad, hablando de astrología por horas.
Pero si Engel es un astrólogo, ¿qué puedes esperar de él si basa todo su negocio en creencias sin ningún sustento? ¿Cuál es la explicación razonable de que la ubicación de Júpiter en el espacio pueda afectar tu vida? No tiene que ver con lo que yo creo, sino que en la evidencia que respalda la afirmación. La gente lo cree porque cualquier afirmación hecha por alguien con autoridad, en este caso un astrólogo con pantalla, va a ser considerada como muy precisa.

DESINFORMACIÓN COLECTIVA

-¿Qué es lo más chanta que has leído en redes sociales?
Lo más delirante fue la hipótesis de una chica sobre las vacunas. Decía que les ponían mercurio para que los gobiernos pudieran controlarnos vía satélite, supuestamente porque es un metal líquido que penetraría en el organismo y en el cerebro. Lo encontré de película, casi genial. En Facebook estoy bloqueado en los grupos antivacunas y en los antitransgénicos. Me han llegado mensajes de odio. Una niña que ni conozco me escribió que era un viejo asqueroso y que ojalá me muriera. También me pasó harto en el blog cuando escribía sobre transgénicos, ahí me dijeron que ojalá yo y mi familia muriéramos de cáncer. Ese era el nivel de virulencia.

-Desmenucemos al charlatán de redes sociales. ¿Qué los caracteriza y cómo logran tanta credibilidad?
Hay un perfil definido. Abusan del uso de mayúsculas y su redacción es bien pobre, complicada de entender. En general leen sólo cosas que apoyan su punto de vista, hay un encierro intelectual en el que tienden a juntarse y conversar con gente que piensa como ellos. Se basan en fuentes muy poco confiables, que no son medios oficiales porque piensan que mienten. A muchas de estas personas les gusta saberse conocedores de una verdad que está oculta para el resto, los hace sentir especiales.

-Una superioridad basada en mentiras reiteradas que quedan como verdades aceptadas.
Es un drama de nuestra época, en la que vivimos con hechos alternativos y la posverdad. Tú no quieres la verdad, en realidad quieres sentirte bien aunque sea con mentiras. Lo que te importa es tener la razón. Estamos adoptando eso como una forma de vida. Es tremendo tener que decirle a alguien que está equivocado y cuando eso pasa, quieren preservar su historia y huyen de la evidencia.

CIENCIA Y POLÍTICA

-Hablemos del gabinete de Donald Trump, que choca bastante con el mundo científico. La lista la integran activistas antivacunas, negadores del cambio climático y fanáticos religiosos.
Trump está convencido de que el cambio climático es un invento para perjudicar la economía de Estados Unidos. Van a volver a quemar carbón y sacar petróleo. El vicepresidente, Michael Pence, es un creacionista temprano convencido de que el planeta tiene 6.000 años. ¡El homo sapiens apareció hace 180 mil años! De hecho los creacionistas han pedido que se enseñe su doctrina como alternativa a la evolución, a la que ningunean como sólo una teoría más. Cuando escuchas eso, como científico es para desmayarse. Una teoría científica es una huevá bacán, no es una mera idea o conjetura.

-Es evidente que la política utiliza la ciencia para sus fines, de hecho, publicaste un estudio sobre cómo las ecografías han reafirmado la idea de que el feto es un ser humano y cómo esto ha servido a legisladores conservadores.
La política, con intereses oscuros o para obtener beneficios, puede valerse de herramientas impensadas como una ecografía para deformar la realidad. En Estados Unidos. quieren pasar una ley para que todas las mujeres que quieran abortar sean obligadas a escuchar un sonograma del corazón del embrión. Es una manipulación emocional artificiosa, ya que un grupo de células que no son propiamente un corazón se pueden escuchar en el desarrollo más temprano, cuando ni siquiera hay forma humana. Cuando ves en el Congreso chileno a gente con fetos de plástico, es para decir que la corten de una vez. Estamos obligados como país a vivir una moral ideológica impuesta por un grupo. Con gente como Gustavo Hasbún te das cuenta de lo decadente del debate científico, cuando dijo que con esta ley se va a acabar la Teletón me dio vergüenza. En la discusión del aborto hubo un desfile de argumentos penosos que me hizo preguntarme, ¿esta es la gente que está a cargo de un país?

-¿Has revisado los argumentos científicos que usan los políticos chilenos para este tipo de proyectos de ley?
La historia más chanta en la que he estado involucrado fue cuando la diputada Cristina Girardi impulsaba el proyecto de ley que prohibía el timerosal en las vacunas, por el supuesto riesgo de autismo. Le exigí que mostrara la evidencia científica y para mi sorpresa me la envió, eran 50 papers. Los revisé y caché que eran de puras revistas de bajo nivel, de hecho la más seria que encontré decía todo lo contrario a lo que la diputada defendía. Ahí tienes un ejemplo de cómo la evidencia supuestamente científica puede respaldar una causa que pudo haber generado un descalabro en el sistema inmunológico del país, con la propagación de enfermedades. De hecho, el que inventó esta mentira quiso patentar una vacuna de su autoría y no le resultó, por lo que empezó a desacreditar al resto para vender la suya. Nuevamente es un tema de plata.

¿A quién consideras el mayor charlatán con pantalla?
A Salfate y el Dr. File, son unas verdaderas máquinas de hacer humo. Es sorprendente la enorme facilidad que estos personajes tienen para vender la pescá, recurriendo a teorías de conspiración o derechamente inventando leseras. Además, tienen un campo de acción súper amplio y no le hacen asco a ningún tema. Dignos ejemplares del chantis chilensis. Mi polola pone al Dr. File para molestarme y se caga de risa, porque es cómo cuando veo un partido de fútbol y empiezo a gritarle a la tele, ja ja ja.

¿Quieres seguir desenmascarando charlatanes?
Por supuesto. Siempre sentados en una mesa cuestionando y fundamentando de forma simple para que la gente entienda. Yo no les pido que me crean porque soy científico, sino porque les doy las fuentes donde ellos mismos pueden leerlo y darse cuenta de la verdad.

Fuente: The Clinic