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Por Eduardo Kessi C.

 

Recientemente nuestro socio y expresidente, el profesor Sergio Lavandero González fue distinguido con el Premio Nacional de Ciencias Naturales 2022. La fecunda actividad de este brillante investigador queda de manifiesto en alrededor de 315 artículos publicados en revistas internacionales indexadas con comité editorial, 6 capítulos de libros, 30 artículos en revistas nacionales y 5 patentes. Su productividad científica en los últimos 5 años, desde el 2018 a 2022, alcanza a la fecha las 82 publicaciones. Recientemente la plataforma de investigación Research.com lo destacó como el segundo investigador más citado en Chile en el campo de la Biología y la Bioquímica.

 

Sergio Lavandero es a la fecha Profesor Titular del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas y del Programa de Biología Celular y Molecular del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Además, es Profesor Adjunto de la Cardiology Division, Department of Internal Medicine, University of Texas Southwestern Medical Center en Dallas, USA, y Director del Centro FONDAP Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS).  En la Universidad de Chile ha ejercido también cargos de administración universitaria como Vicerrector de Investigación, Integrante del Consejo de Evaluación. Actualmente es Senador Universitario por el período 2022-2026. Es además Miembro de Número y Vice-Presidente de la Academia Chilena de Ciencias del Instituto de Chile, Fellow de la International Society for Heart Research, Editor Asociado de la revista Circulation (el único en Iberoamérica) e Integrante Externo del Comité Editor de Nature Reviews in Cardiology. También, y no menos importante, fue presidente de la Sociedad de Bioquímica y Biología Molecular de Chile durante el período 2013-2014. 

Astronauta o marino. Eso es lo que el niño de entonces quería ser. No es difícil ahora entender que eligiera ser científico, aunque él dice que no fue fácil. El astronauta y el marino siempre deben lidiar con la incerteza, con lo desconocido, y disfrutar del descubrimiento, de lo que se aprende en el camino. Nacido el año 1959 en Santiago, es en sus palabras “hijo de la educación pública”. En efecto, la enseñanza media la cursó en el Instituto Nacional. Con emoción recuerda aquellos tiempos del “descubrimiento de ideas y nuevos conocimientos”, especialmente en la química, la biología y la filosofía. También recuerda con especial afecto la motivación y vocación de sus profesores que dejaron huellas profundas en el adolescente de entonces. No fue fácil decidir lo que estudiaría en la universidad, “honestamente al comienzo no lo tenía muy claro pues me gustaba el área de ciencias naturales (química y biología) pero también las ciencias sociales” pero en 1978 comenzó sus estudios en la carrera de Química y Farmacia en la Universidad de Chile. Desde temprano Sergio cultivaría la sana costumbre de recibir distinciones; en efecto, en 1983 recibió el premio al mejor estudiante de la carrera. Luego ingresó al Programa de Doctorado en Bioquímica de la Universidad de Chile.

Su área específica de trabajo es la transducción de señales (la comunicación celular). “Me interesó entender cómo es el funcionamiento de las células que permite mantener la homeostasis en los seres pluricelulares complejos y como alteraciones en la comunicación derivan en la génesis y desarrollo de las patologías en el ser humano, en especial las enfermedades crónicas no transmisibles (enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes, obesidad, etc.)” nos cuenta. 

Las proyecciones de su trabajo muestran a un científico no sólo preocupado de comprender y producir ciencia básica del mejor nivel, sino una persona interesada en aportar al bienestar de la población, atento al componente social que implica el camino de los descubrimientos. En sus palabras esas proyecciones “tienen que ver entender las bases moleculares de las patologías cardiovasculares como el infarto del miocardio, la hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca. Estas enfermedades hasta la fecha son incurables, de lenta progresión y son relevantes desde el punto de la salud pública pues constituyen la principal causa de morbilidad y mortalidad prácticamente en todo el mundo”.

Un viejo refrán español reza que “el que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. Sergio se refiere a esos “buenos árboles” – de raíces profundas y frondosa copa- con cariño y reconocimiento. “A nivel nacional mis maestros Mario Sapag-Hagar y Arturo Ferreira. Me encandilaron con lo integral de su actividad científica y su lado humano, mostrándome tempranamente con su propio ejemplo de vida cómo hacer ciencia de calidad en Chile, pero manteniendo una red internacional de cooperación con científicas y científicos de excelencia. Aprendí de ellos la capacidad de soñar, atreverse a tomar nuevos desafíos, trabajar con pasión, sus valores, ser perseverante y que todo se puede lograr con esfuerzo y privilegiar el trabajo en equipo, en especial con las nuevas generaciones. A nivel internacional fueron claves en mi desarrollo científico global, los Dres.Takami Oka y Derek LeRoith en el National Institute of Health (NIH, Bethesda, USA), Peter Sugden (National Heart & Lung Institute, Imperial College London, Inglaterra), Amira Klip (The Hospital for Sick Children, Toronto, Canada), AH Jan Danser (Erasmus Universitat, Rotterdam, Holanda) y Joseph A Hill (University of Texas Southwestern Medical Center, Dallas, USA). Junto con este reconocimiento a mis tutores, no puedo olvidar la Fundación Andes, una institución privada que realizó política pública de gran impacto en la ciencia chilena. Ella fue pionera en sembrar las semillas del futuro científico hace 35 años instalando programas claves como lo fueron las becas de doctorado en Chile, la acreditación internacional de los Programas de Postgrado en Chile, el impulsar las estadías en el extranjero, etc. La Fundación Andes fue clave en mi desarrollo como científico al ser beneficiario de varios de sus programas, razón por la cual estoy especialmente agradecido a la extinta Fundación Andes”.

Hoy por ti, mañana por mí. La solidaridad y también la reciprocidad son también aspectos importantes en la vida de nuestro Premio Nacional de Ciencias Naturales 2022. Él también ha sido un “buen árbol”. Su labor docente ha significado la formación de 220 investigadores y/o profesionales. Ha dirigido 25 investigadores en su etapa de postdoctorado, 90 tesistas de doctorado, 16 tesistas de magíster y más de 89 memoristas de pregrado. Actualmente, 81 son académica/os y/o investigadora/es que trabajan en instituciones universitarias o de investigación: 53 en Chile y 28 en el extranjero (Austria, Holanda, República Checa, Colombia, USA, Escocia, Alemania, Suiza, Australia, Inglaterra, entre otros países). “Me apasiona la docencia de pregrado y postgrado y su importancia es máxima dado que me interesa vincularla con la investigación científica, mostrar la frontera actual de nuestro conocimiento y los desafíos y oportunidades que se presentan en el desarrollo de la ciencia e innovación”. A quienes están por decidir que estudiar, con mucho entusiasmo Sergio les propone que vengan a la Bioquímica porque es “apasionante, desafiante, cambiante”.

Cuando se le pregunta por el presente de la actividad científica en Chile, indica sin vacilar que “He sido un actor privilegiado, lo que no sólo me ha permitido observar sino también participar en el enorme progreso que hemos experimentado desde que inicié mi trabajo científico hace 35 años atrás. Hoy tenemos un nivel muy competitivo, pero necesitamos dar un salto enorme en inversión en ciencia, tecnología, creación artística, innovación y emprendimiento como también en educación a todos los niveles para alcanzar un nivel de desarrollo económico, social y cultural que nos permita terminar con las desigualdades existentes y poder enfrentar los grandes desafíos como país y humanidad. Todavía somos una comunidad científica pequeña y debemos ampliarla en todas las áreas del conocimiento apoyando integralmente a las diversas generaciones de científicas y científicos de acuerdo con sus necesidades particulares”. En este sentido también considera importante la actividad de las Sociedades Científicas, en particular la SBBM, “nuestra Sociedad de Bioquímica y Biología Molecular de Chile es donde hacemos comunidad, ponemos en contacto las diversas generaciones de científicas y científicos, intercambiamos ideas, sueños, desafíos y necesidades para el desarrollo de la disciplina y su vinculación con la sociedad chilena”. 

¿Cómo ha sido conciliar la vida de un científico exitoso con la vida familiar? Casado, y padre de dos hijos Sergio señala que “no es fácil pues hoy en día es muy importante crecer en todas las dimensiones. Conciliar ambos planos ha sido clave para lograr mis metas”. 

Finalmente, en relación con el significado personal y colectivo tiene haber sido distinguido con el Premio Nacional de Ciencias Naturales -habida consideración de que ya tiene “algunas” otras distinciones- Sergio reflexiona sobre la importancia de vivir su viaje de astronauta, marino, científico, con otros; “mucha satisfacción, un honor y una tremenda responsabilidad pública. También te permite atesorar la importancia de haber sido un privilegiado de la educación pública de calidad, la fortuna de haberme cruzado en mi vida con tantas y tantos tutores que fueron claves en mi desarrollo. También quiero reconocer que nada hubiese logrado sin el apoyo de las distintas generaciones de estudiantes, memoristas, tesistas, profesionales y colegas que han trabajado a mi lado. Todo mi reconocimiento y gratitud”.