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Para el físico, nuestro país aún tiene una ventaja de precios y una población educada que permitirían lograr avanzar desde el punto de vista económico. Pero eso no es eterno. Explica que la acumulación de conocimientos es clave a la hora de entender por qué un país o empresa se desarrolla más que otra.

Para el físico chileno César Hidalgo, los datos son el insumo con el que modela y visualiza el mundo. Con esto genera conocimiento que permite contestar preguntas para avanzar.  Hidalgo asegura que es parte de una generación que estuvo “al principio del giro” que se dio con la irrupción de internet y la gran cantidad de datos que comenzaron a estar disponibles.

El trabajo que desarrolla en Boston, donde es director del Collective Learning Group de MIT Media Lab y profesor asociado de la misma universidad, es seguido desde distintas partes del mundo, y no es raro que economistas y expertos tomen sus láminas visuales para mostrar, por ejemplo, lo que exporta un país y cómo eso podría configurar su desarrollo en relación a otros países.

Hidalgo cree que “la diferencia entre un país, una empresa o una región que se desarrolla más que otra está en el conocimiento que ese grupo de personas tiene de forma colectiva. Es la diversidad de cosas que son capaces de hacer y qué tan difíciles son esas cosas. Todo eso depende de la acumulación de conocimiento. El juego que están jugando los países y las empresas es tratar de acumular más conocimiento”, explica el académico, que la próxima semana visitará Chile, para participar de un seminario organizado por Colbún.

¿Qué pasa hoy en día con la generación de conocimiento a nivel global?

– La geografía de la riqueza a nivel macro es un fenómeno de la geografía del conocimiento. En Silicon Valley, Nueva York o Tokio hay mucho conocimiento. Esas grandes aglomeraciones de conocimiento también tienen mucha riqueza, porque son capaces de producir muchas cosas de manera muy competitiva y algunas veces llegan a ser monopólicas. Piensa todos los monopolios que hoy tiene Silicon Valley, por ejemplo, el del “search” con Google o el monopolio de las redes sociales con Facebook y con Twitter. Existen monopolios de conocimiento.Lo que uno tiene que pensar son políticas para generar conocimientos o atraer conocimiento.

¿Cómo está Chile en la generación de conocimiento?

– La riqueza viene del conocimiento y el conocimiento hay que tratar de atraerlo. Pero por un tercer lado, el conocimiento atrae conocimiento. Entonces, cuando estás en una posición desventajosa, esa atracción de conocimiento es difícil.

En el caso de Chile, tenemos el problema de que no somos muy atractivos en el contexto internacional. Mucha gente con talento de provincia quizás se mueve a Santiago o a Concepción. Pero en un contexto global, no podemos atraer estudiantes de China o de India, de Europa del Este. Y tampoco tratamos mucho, porque el gasto en investigación y desarrollo en Chile es más o menos bajo, tanto público como privado.

¿Pero eso no tiene que ver con que somos un país en el tránsito hacia el desarrollo?

– No, porque cuando vemos las trayectorias de los países, hay algunos con niveles de ingresos más bajos que Chile que han tenido mejor performance y otros con niveles de ingreso más alto que han tenido peor.
En el caso de Corea o de otros países de Asia uno ve que son países que hicieron esfuerzos concertados para entrar en sectores tecnológicos más avanzados y competir contra sus vecinos. Corea en los 80 y 90 hizo muchos esfuerzos para entrar en el sector automotriz, al sector electrónico e incluso para saltarse generaciones tecnológicas y empezar a construir la siguiente generación de, por ejemplo, display de cristal líquido pensando que cuando esa generación llegue van a ser capaces de ganarle a Japón. Hicieron varios esfuerzos fuertes de pegarse un salto más largo.

¿Chile hace un esfuerzo real por dar ese “salto más largo”?

– Cuando analizamos la data de qué tan lejos salta Chile en el espacio de productos, vemos que salta en promedio más corto que los otros países. Es un país bien tímido.
Cuando se mira a Corea u otros países del este asiático que tuvieron un proceso de crecimiento más acelerado, uno ve que hubo periodos de su historia en que desafiaron la gravedad. Saltaron más lejos.

¿Está Chile en condiciones de hacer este giro y avanzar más rápido para tener una ventaja?

– El momento óptimo para dar saltos largos es a un nivel de desarrollo intermedio. Chile está un poquito pasado. Si Chile no da los saltos largos ahora, será más difícil darlos después, porque la ventana de oportunidades desaparece. De momento, Chile aún tiene una cierta ventaja de precios y tenemos una población bastante bien educada.

Cuando habla de saltos, ¿siempre están asociados a tecnología?

– No necesariamente. Puede ser saltar desde exportar pescado congelado a pescado fresco.

Pero esos saltos Chile los ha dado. Siempre se habla de dejar de ser exportador de materias primas y darles valor agregado…

– Todos los países están todo el tiempo saltando. Si se miran los mapas de producción de un año a otro, todos los países están saltando a una cierta tasa todo el tiempo.

¿En las manos de quién está la responsabilidad de generar las instancias para que se den los saltos que permitan un mayor desarrollo?

– Hay responsabilidad del sector público de coordinar la generación de conocimiento. Sabemos que la producción de conocimiento por el sector privado tendería a ser subóptima, porque el conocimiento es difícil de apropiar. La responsabilidad es del sector público y del privado. La acumulación de conocimiento es lo único que va a hacer crecer la torta.

A la luz de la información y la visualización que ha hecho, ¿cómo se ve Chile en el futuro?

– Yo soy mucho más optimista de Chile que el chileno promedio en las redes sociales, porque me toca ver mes a mes el resto del mundo. De hecho, la calidad de profesionales en Chile es bastante buena, los estudiantes que llegan acá son capaces de competir con estudiantes de cualquier parte del mundo. Lamentablemente, tenemos una visión muy pesimista de nuestra propia capacidad.

¿Qué rol debiera adoptar el sector privado?

– Sería bueno que en Chile hubiera mucho, más y mejores interacciones entre los componentes del sector privado que son más adinerados y la élite de creación de conocimiento. Eso uno lo ve en EE.UU. Cuando uno va a TED a hacer charlas, se ve cómo los millonarios de Silicon Valley están muy conectados con los académicos y los que generan conocimiento y compiten por ser los que apoyan a estos generadores de conocimiento.

¿Cree que ese concepto de trabajar o invertir para impactar es algo que falta en Chile?

– Hay menor concepto de impacto. Me toca conversar mucho con gente del sector privado. El entender que se puede generar valor que no es apropiable y que vale la pena dedicarle la vida a esto es algo que quizás no veo de manera tan frecuente en Chile como lo veo en otros lugares.

¿Hoy se da más la búsqueda del beneficio económico?

– Pero la ecuación es al revés. El dinero es un insumo para el logro y el legado. El conocimiento es lo único que queda.

Fuente: www.latercera.com