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A través de la niebla de supuesta mala conducta, esperanza, exageración y politización que rodea a la hidroxicloroquina, el medicamento contra la malaria promocionado como un tratamiento COVID-19, ahora está surgiendo una imagen científica.

Elogiada por los presidentes como una posible cura milagrosa y descartada por otros como una distracción mortal, la hidroxicloroquina se salvó de un aparente golpe mortal la semana pasada. El 4 de junio, después de que los críticos cuestionaran los datos, The Lancet retiró repentinamente un artículo que sugería que el medicamento aumentaba la tasa de mortalidad en pacientes con COVID-19, un hallazgo que había detenido muchos ensayos clínicos en su camino. Pero ahora tres grandes estudios, dos en personas expuestas al virus y en riesgo de infección y el otro en pacientes gravemente enfermos, no muestran ningún beneficio del medicamento. Al sumarse a los ensayos anteriores más pequeños con hallazgos decepcionantes, los nuevos resultados significan que es hora de seguir adelante, dicen algunos científicos, y terminar la mayoría de los ensayos aún en curso.

Ver noticia completa – www.sciencemag.org