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Señor director:

Existen grupos que ignoran las pruebas científicas, niegan la influencia humana en el cambio climático, se oponen a las vacunas y rechazan los alimentos genéticamente modificados. Esto es un problema, ya que la mayoría de la gente no tiene suficientes conocimientos científicos y cuesta convencerlos para lograr una mejor vida para ellos, sus hijos y el resto de la población.

Sin embargo, confiamos en los médicos para mejorarnos, queremos que los científicos encuentren la cura a nuevas enfermedades y esperamos que quienes predicen el tiempo le achunten. Pero cuando esos expertos le indican a uno qué hacer, algo anda mal, especialmente cuando existe incertidumbre o controversia, por mínima que sea.

Por eso es necesario que los científicos enfaticen en los hechos y den a conocer las tácticas que se usan para engañar a la gente. Además, las cosas no son blanco o negro: ¿Qué sucede con los pronósticos del tiempo y de desbordes de  ríos? Se comunican con mucha confianza, aun cuando se sabe que el error puede ser alto. Se trata del cómo transmitir la incertidumbre lo que conlleva pérdida de confianza y, a veces, terminar equivocado lleva a perderla aún más. Así, la gente piensa que las autoridades no saben lo que están haciendo.

La solución parece estar en comunicar con confianza lo inseguro que se está en las predicciones, y recordar que nuestro conocimiento tiene límites, que nos encontraremos con problemas y que aprenderemos. El proceso científico requiere cuestionar lo que sabemos. Sin embargo, los cambios de comprensión pueden ser vistos como un engaño. Hay que explicarle a la gente que la ciencia no ocurre de repente y que aprender de los errores no es una señal de incompetencia.

Desde los científicos, la mayor parte de la comunicación sobre ciencia no es para convencer a la gente y cambiar su mentalidad. En ese sentido nos queda mucho por hacer para mejorar la opinión de los ciudadanos sobre la labor de los investigadores, y para que comprendan mejor su trabajo y el significado de sus resultados.

Jorge Babul C.

Consejo de Sociedades Científicas

Fuente: La Tercera