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Declaración pública.

La discusión en torno al Presupuesto de la Nación asignado para el año 2019 es hoy materia de debate y descontento en varios sectores de la sociedad. En investigación se anunció un recorte de más de 32 mil millones de pesos, lo que ha dejado atónita a toda una comunidad multidisciplinaria de investigadores que reúne ciencias de base, aplicadas y sociales, artes y humanidades. Esta reducción vacila entre la perversión y la ironía, ya que estos recursos son para un Ministerio recién creado (Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, MinCTCI) y que espera su complejo proceso de implementación. En este sentido, no tiene concordancia alguna con los desafíos que tenemos como país y la institucionalidad creada.

La disminución presupuestaria en investigación es sólo la punta del iceberg de un problema más profundo, ya que con esto se puede deducir el proyecto país (nada auspicioso) del actual Gobierno. Por otra parte, a estas alturas esperábamos contar con un Ministro/a que pudiera incidir en el aumento de presupuesto para esta cartera y posteriormente defenderlo, pero sobre esto aún no tenemos noticia. Los dos puntos anteriores dan cuenta del desinterés en generar una política pública en investigación con efectos a largo plazo en nuestro país. Este Ministerio no es para los/as investigadores/as o para instituciones que hacen investigación, sino que esperamos que, a través de un reglamento discutido ampliamente con instituciones, organizaciones y actores diversos, se beneficie a la sociedad en su conjunto, a través de políticas que fomenten formas de vinculación, creación de saberes y prácticas que aprovechen el potencial de los conocimientos generados en Chile.

El actual Gobierno ha hablado de la necesidad de llevar a Chile al desarrollo a través de la mejora de la productividad y el crecimiento. Si para aquello no apoya la investigación con decisión y recursos, claramente el gobierno es incapaz de sacarse las anteojeras economicistas que conciben “el desarrollo nacional” sólo desde el crecimiento económico del PIB. ¿Es que el actual Gobierno piensa que una sociedad puede alcanzar bienestar sin cultura (recordemos que también hay un descuido de esta área) y al mismo tiempo depredando sus recursos naturales? ¿Es que aquellos conocimientos que no producen una ganancia económica inmediata no son útiles para la población? ¿Queremos un crecimiento económico a costa de una ciudadanía concebida como meros consumidores de lo que se genera en países “desarrollados”, mientras tiramos por la borda el potencial creativo e intelectual existente en la población local?

Desarrollar investigación en Chile, en todas las áreas y en toda su geografía, debería ser una prioridad. Así, al parecer, lo habían entendido los distintos actores involucrados cuando se aprobó el Ministerio. Esto, por supuesto, no tiene que ver con financiar investigación porque sí o para favorecer a un sector de la sociedad, sino que con un proyecto país que busca transformar el modelo productivo, moviéndonos de uno principalmente extractivista a otro donde el centro sean los conocimientos generados localmente. Para salir de nuestra dependencia histórica se requiere de voluntad política que permita vincular la investigación desarrollada en Chile con una visión de país en que todos colaboremos para lograr bienestar social: el sector público y el sector privado, la sociedad civil, etc.

Es por esto que los investigadores demandamos al actual Gobierno no sólo un aumento de presupuesto, sino que también el pronto nombramiento de un Ministro/a vinculado/a a la investigación y con peso político para enfrentar los desafíos del Ministerio. Esta autoridad debe ser capaz de hacer efectiva una política pública que sea resultado de un diálogo abierto con todos los sectores involucrados: investigadores (de distintas regiones, edades, géneros), Universidades, Institutos de Investigación del Estado, entre otros. Para que esto sea posible, el reglamento del MinCTCI debe ser discutido con los actores y organizaciones involucradas, respetando la diversidad de áreas del conocimiento. Recordemos que en este Ministerio no sólo están las ciencias, sino que también la investigación en humanidades, las ciencias sociales y las artes. Los desafíos que enfrenta nuestro país requieren de una mirada multidisciplinaria, así como también de un diálogo amplio y abierto, no sólo con los y las investigadores, sino que con todos los y las ciudadanos y ciudadanas. La protección y valoración de la investigación y cultura generadas localmente dependen de todos/as. Tenemos las capacidades y condiciones para ser un país del cual nos sintamos orgullosos/as.

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