Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Joaquín Luco entró a estudiar Medicina en la Universidad de Chile en 1929. A poco andar intuyó que lo suyo no era la práctica médica sino la investigación. Aquel camino ­–por aquellos años casi inexplorado– lo llevó en 1931 a incorporarse como ayudante ad honorem en el nuevo Laboratorio de Fisiología de la recién fundada Escuela de Medicina de la Pontificia Universidad Católica, a cargo del científico catalán Jaime Pi Suñer.

Al terminar su carrera, entre 1936 y 1937, Luco realizó una residencia en Estados Unidos, en el laboratorio que el fisiólogo Walter B. Cannon tenía en la Universidad de Harvard. Ahí estableció cercana amistad con quien fue su tutor directo, el científico mexicano Arturo Rosenblueth.A su regreso a Chile en 1939, y con solo 26 años, fue contratado por el rector de la Pontificia Universidad Católica, monseñor Carlos Casanueva, como director de la Escuela de Medicina, cargo que ejerció por 10 años. Desde esa posición le dio un carácter experimental a la escuela creando un entorno propicio para el surgimiento de los laboratorios de Biología experimental.

La investigación dirigida por Luco se caracterizó por su originalidad, alcanzando estándares internacionales y siendo acogida en revistas científicas de prestigio, razón por la cual es reconocido como pionero de la neurociencia en Chile. Abordó problemas como la integridad del sistema nervioso y desarrolló una aproximación experimental para estudiar el aprendizaje y la memoria utilizando como modelo la cucaracha Blatta orientalis. Estos trabajos fueron precursores en un campo promisorio y se publicaron en la revista Nature.

Joaquín Luco fue protagonista del proceso de institucionalización científica en Chile al interior de la Universidad Católica, pero también participó activamente en la Universidad de Chile, Universidad Austral y en la creación de CONICYT. Fue miembro de la Sociedad de Biología de Santiago participando de la directiva que le daría un nuevo impulso junto a Eduardo Cruz-Coke y Alejandro Lipschütz.

Su posición de liderazgo y su defensa de la libertad tomaron especial fuerza para condenar las consecuencias de la dictadura de Augusto Pinochet en la comunidad científica y universitaria. Paradójicamente, fue reconocido con el Premio Nacional de Ciencias en 1975, durante este mismo periodo. El año 1981 se retira de la actividad académica. Falleció un día después de cumplir 89 años, el 19 de julio del año 2002.

* Minisitio desarrollado en colaboración con la Fundación Ciencia y Vida. 

Fuente: www.memoriachilena.cl